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En México, el cáncer cervicouterino (CACU) representa la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres. La infección persistente por el virus del papiloma humano está directamente relacionada con el desarrollo de CACU. La vacuna es el medio idóneo de prevención. El diagnóstico se debe realizar mediante exploración física y biopsia. En etapas tempranas, la determinación del pronóstico y la necesidad de tratamiento adyuvante se realiza mediante la etapificación quirúrgica por medio de estudio histopatológico. En enfermedad localmente avanzada, se recomienda tomografía computarizada toracoabdominal para determinar la localización y extensión de la enfermedad ganglionar. El tratamiento se basa en la etapa clínica y estado funcional de la paciente; la cirugía es la piedra angular en las etapas clínicas tempranas. En pacientes con contraindicación quirúrgica, la radioterapia es el tratamiento de elección. El estándar de tratamiento en enfermedad localmente avanzada es la quimiorradioterapia definitiva. En pacientes con etapas metastásicas, recurrentes y persistentes, que no son candidatas a manejo quirúrgico y/o radioterapia, el tratamiento sistémico es el indicado. En esta Oncoguía también se describe el manejo de la enfermedad recurrente y metastásica, preservación de la fertilidad y CACU y embarazo.
La generación de competencia en el mercado se traduce en beneficios. Sin embargo, la disponibilidad de medicamentos genéricos y biocomparables (también conocidos como biosimilares) que tienen precios reducidos, no necesariamente está exenta de costos adicionales para la salud. El concepto de “biosimilar”, tal y como se define internacionalmente, implica que las moléculas que se producen para competir contra el fármaco innovador son comparables a las moléculas biológicas originales. Las diferencias, la mayoría de las veces, no se encuentran en la estructura de la molécula per se, sino en los procesos de manufactura (si bien no aplica en absolutamente todos los casos alrededor del mundo). Esto es de potencial importancia si consideramos que algunas modificaciones pueden conducir a eficacia y seguridad que podrían ser diferentes a las esperadas. La seguridad no comparable de las moléculas biosimilares ya se ha abordado desde hace décadas. Por tanto, es indispensable que se vigilen de forma adecuada los procesos de producción y distribución de medicamentos no innovadores, para que se pueda asegurar razonablemente a la población que los productos que reciben son de calidad, y que la información derivada de estudios científicos es aplicable a ellos y a sus circunstancias.
Introducción. En el marco de la pandemia de COVID-19, se realizó una encuesta de salud mental entre dermatólogos latinoamericanos a través de CILAD (Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología), en la cual participaron especialistas y residentes de 20 países. Objetivo. Evaluar los problemas de salud mental entre dermatólogos latinoamericanos durante la pandemia de COVID-19. Material y métodos. Estudio cuantitativo de corte transversal comparativo que se llevó a cabo entre junio y julio de 2020. La evaluación, realizada en línea, contenía dos secciones: la primera exploraba variables sociodemográficas y la segunda era un tamiz que incluía instrumentos de autoaplicación para evaluar Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), ansiedad generalizada, ansiedad de salud y síntomas somáticos y riesgo de depresión. Resultados. La muestra incluyó un total de 554 sujetos, de los cuales la mayoría eran mujeres y dermatólogos. En la valoración en salud mental, se observaron diferencias entre dermatólogos que atienden pacientes con COVID-19 de los que no, en cuanto a mayor uso de drogas. El 21.5% de los dermatólogos reportaron ser personal de salud de primera línea de atención a COVID-19. Entre éstos, es significativamente mayor el riesgo de presentar TEPT vs. quienes no atienden pacientes con COVID-19 (36.8% vs. 16.6%), presentan mayor incidencia de insomnio (21.8% vs. 10.8%), mayor riesgo de depresión (66.6% vs. 47.6%) y tienen un mayor consumo de sustancias (15.1% vs. 5.3%). Conclusiones. Se concluye que los dermatólogos y residentes de dermatología que se encuentran en la primera línea de atención en la actual pandemia presentan problemas de salud mental identificables, por lo que se deben tomar medidas de mitigación a este respecto.